sábado, febrero 10, 2007

Luna


El trabajo me tiene absorvido, ese es el principal motivo que me había tenido alejado de los blogs. Pero también existe otra razón: tarde o temprano tenía que llegar a este escrito, que por miedo había querido evitar. Es sobre una persona muy especial, de las que más he querido durante mi corta vida.

Estoy hablando de James Díaz Cassels, mi abuelo, o tata, como a él me refería. Deben comprender muchas cosas, que dudo sea capaz de transmitirlas fielmente a través de las palabras, pero no hay peor trámite que el que no se hace, como dicen.

Siempre fui el regalón de mi tata, cuando yo nací coincidió con el momento en que él jubiló de la RCA. Eso, y tomando en cuenta que hasta ese momento mis otros primos vivían fuera de Santiago, se juntó para que él y yo nos convirtiéramos en "yuntas".

Tengo tantos lindos recuerdos de "Don Jimmy" (como todo el mundo le decía) que al escribir esto no puedo evitar que mis ojos se pongan vidriosos. Me acuerdo que todos los viernes me iba a dormir a su casa y, como un ritual, en la noche partíamos a la Plaza Egaña a jugar la Polla Gol. Aunque yo no tenía la menor idea de fútbol, de todas maneras me dejaba jugar a algunos partidos. Claramente nunca ganamos.

Pero la noche no terminaba ahí. Después nos pasábamos al ginmasio Manuel Plaza y veíamos peleas de box. Yo, un infante, alucinaba con este panorama. También debo confesar que, contra las indicaciones de mis padres, me compraba helados y cuanta tontera se cruzara por mi mente.

Otro de nuestros panoramas consistía en ir a ver al Arrieta Guindo -un equipo como de cuarta o quinta divisón- y éramos de los pocos espectadores que esos partidos tenían.

Pero mi tata era mucho más que eso. Irradiaba una alegría que nunca había visto. Todo el mundo lo quería, tenía amigos muy ricos y muy pobres. Para él, todos los hombres eran iguales. Me contaba sus historias de cuando joven, como por ejemplo que en una ocasión tomó tanta cerveza que tuvo que ir al baño del bar para vomitar. La gracia es que a los cinco minutos estaba sentado en la barra.

Me acuerdo de sus historias de jugador de basketball y de cómo en su casa todos se hablaban en inglés. Esto, porque mi bisabuela nunca se manejó en español. Para que se puedan hacer una idea de la clase de persona que estoy hablando, deben tomar en cuenta, por ejemplo, que hasta los 50 años fumaba 60 cigarros al día. Por no perder una apuesta dejó el vicio para siempre.

Entre sus amistades se encontraba Pachuco, el de la Cubanacana. Y cuando me veía su saludo era "Felipín, cabeza de volantín". O "saltarín", o cualquier palabra terminada con ín que se le ocurriera.

Y así llegamos al verano de 2004, cuando a los 82 años el cáncer le ganó. Nunca me voy a olvidar de ese 6 de enero. Temprano mi papá me llamó y me dijo que, con mi hermano, debíamos ir hoy al hospital porque el tata estaba mal. Cuando llegamos a la puerta de la pieza, en el pasillo estaban todos mis tíos con los ojos rojos de tanto llorar. No me tuvieron que decir nada más.

Entré a la pieza y ahí estaba, rodeado de un extraño olor -que ahora reconozco como el aroma de la muerte-. Lo más fuerte ocurrió en un momento que nos quedamos solos. Casi no hablaba, pero tomó mi mano y me dijo "tengo miedo". Yo le decía que se quedara tranquilo, pero en el fondo yo tenía tanto miedo como él.

Al rato, cuando mi papá me fue a dejar con el Alberto a la puerta del hospital, nos abrazó y se puso a llorar. Era la segunda vez que lo veía quebrarse, la primera había sido en 1991 con la muerte de la tita (mi abuela).

En la noche de ese día iba con Alberto por Avenida Bilbao, cuando sonó mi celular. Era mi papá. "El tata ya se murió" fue lo único que me dijo.

Sin decir nada manejé hasta mi casa, llegué a mi pieza, cerré la puerta con llave y lloré lo más fuerte que pude. Al rato me vino a acompañar la Rocio. Cuando la fui a dejar me dijo "mira al cielo". La luna ese día estaba más llena, grande y luminosa que nunca. Ahí lo entendí, fue el último regaloneo que me hizo. Cada vez que hay luna llena me acuerdo de él, de sus tonteras, chistes e historias, y no puedo evitar sonreir y sentirme afortunado de haber tenido al mejor abuelo que ha existido.

22 Comments:

Blogger Mujer con sombrero said...

Qué homenaje más bonito al hombre tan especial que fue tu abuelo. Todavía me acuerdo la noche que nos conocimos y me dijiste que tu abuelo era tu segundo papá, y la persona en que más confiabas...
Siempre me acuerdo de la historia en que iban a comprar todo lo necesario para construir o reparar algo de la casa (ya que tu abuelo era un maestro chasquilla) y en la lista de gastos, entre clavos, martillo, y materiales en general, él escribía "otros", que generalmente consistía en helados y golosinas para ti. Qué lindo que recuerdes todas sus andanzas cuando eras chico, sin duda que iluminó tu infancia.

4:34 p. m.  
Blogger Alvaro en OZ said...

se nota mucho lo unidos que eran , lo mucho que se conocía, y la multitud de hermosos recuerdos que te dejó en herencia. que grandioso debe haber sido pasear y escuchar las historias de tu abuelo y como él te marcó con sus enseñanzas y valores.
y mas encima te dejó la luna para que lo recordaras

saludos ¡¡¡¡

5:47 p. m.  
Blogger Daniel de Witt said...

En estos casos generalmente no hay mucho para agregar.
Pero tu post, tan sentido, no olvida de recordar los mejores momentos de tu abuelo, que es la mejor manera de recordar a alguien.
Y si cada vez que recuerdes al Arrieta Guindo, se te dibuja una sonrisa, tu abuelo vivirá en esa sonrisa.
Un abrazo.

1:09 p. m.  
Blogger SDVB said...

bonito, hasta a mí se me vidriaron los ojos.
Guardar para siempre esos grandes recuerdos será la clave para mantenerlo en ti. Y él, sin duda, estará agradecido.

un abrazo y saludos

1:39 p. m.  
Blogger @le said...

Bienvenido de regreso!!
Tengo sensaciones encontradas estos días... x una parte tu blog de don Jimmy me trae buenos recuerdos de mis historias, por otro ese año (el 2004) fué el peor año de mi vida... mi mamá tambien perdió su batalla contra el cáncer...
Mi cerebro y mi corazón han estado desconectados entre si está semana... las letras no fluyen, pero bueno, respirar y seguir.
Siempre me gustó observar la luna, ahora sé que la luna tiene un nombre...Don Jimmy

mil saludos desde mi esquina lunera...

@

hay nueva casa...a ver si te das una vueltita x ahí...

http://miotromi.blogspot.com

pd: la canción de Sabina es buenisima...

1:59 p. m.  
Blogger Roxi said...

Felipín, que lindo homenaje le haces a tu abuelo, transmites ese afecto que se tenían. Me emocioné y recordé imágenes de mis abuelos y abuelas. Gracias.
Referente al comentario que dejaste en mi blog, tu aparente inchorencia tiene en verdad mucha coherencia, así que sigue resistiendo !!!!
Un abrazo!

6:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy buenas palabras para una persona tan importante para ti. Realmente te felicito, por usar tan bien este medio como homenaje hacia tu ser tan querido...

Saludos, suerte y mas suerte.

7:20 p. m.  
Blogger Patricio said...

lindas palabras men, realmente no se que mas decir, solo que esas personas especiales no se van nunca de nuestro cuore, siempre están con uno (aunque no creas en espectros), basta solo un detalle para recordarlos y gozar con los momentos vividos.

saludos

7:48 p. m.  
Blogger Piquillo said...

.



Amigo,
como tú somos muchos los que brindamos Felicidad, Alegría y Buena Onda... Pero que en un rinconcito de nuestra alma llevamos grandes personas que sólo nosotros sabemos reconocer cuanto nos han hecho reir, vibrar, apoyar, proteger y acurrucar...

Lo importante para mí, es nombrarlas cuanto pueda, porque así los tengo conmigo... Siempre.


Un Abrazo.

=)



.

5:29 p. m.  
Blogger 35345 said...

Muy lindo homenaje Felipe, a mi abuelo también se lo llevó el cancer , pero en 2003 y tenía una relación muy especial conmigo porque era el único nieto varón, lo mejor es extrañar recordando los buenos momentos. Un abrazo

6:03 p. m.  
Blogger Boz said...

bkn tener un tata asi po, eso es lo unico q nos queda la final, los recuerdos, nada mas q eso, todo lo demas pasa. ojala hubiese tenido un abuelo asi.

weno bro, cuidate y ya nos seguimos leyendo XD.

salu2

10:12 p. m.  
Blogger Eduardo Jorquera said...

Que lindas palabras dedicadas a un ser tan especial, yo, personalmente creo en Dios, y también creo que algún día volveré a ver a quienes han partido...

Algún día iremos donde ellos están para volver a abrazarlos y quererlos.

Saludos amigo y un fuerte abrazo.
Bye

10:37 p. m.  
Blogger Castor_Neo said...

Te comprendo plenamente me pasa lo mismo con mi Abuela, pero aunque me cuesta e igual lloro su partida como si fuera ayer, trato de recordarla con felicidad ha sido mejor medicina.

12:43 p. m.  
Blogger mayra! said...

Hola!!!

pucha, que rico que tuviste la suerte de compartir todo eso con él... no te envidio, porque yo tb he tenido personas que se han dado todo por mi :) y se lo que es... es horrible perderlo, pero sabes? resucitará :) y lo verás otra vez ^^
muchos besitos

bye!!!

9:53 p. m.  
Blogger Unknown said...

Bonitos recuerdos. A mi ya no me quedan abuelos, sólo una abuela.

Quizas recordalos así hace que se mantengan siempre cerca.

Un abrazo estimado, bueno verlo de regreso

10:30 p. m.  
Blogger Karina Falcón said...

La luna que suelta el instinto y la memoria perdida y continua. El rostro de tu abuelo y las incontables lunas a su lado y las contables lunas que a su lado ya no fueron. Siempre las confesiones tienen algo emoción insoluble. Es la mirada la que se va, la que no continua, consuelo? Los ojos siempre permanecen; la existencia posible de múltiples miradas... Un abrazo

11:25 a. m.  
Blogger Sólo Felipe said...

Amigos, no me queda más que agradecer las afectuosas palabras que en este espacio virtual han dejado.

Es lindo recordar... como dicen, "todo tiempo pasado fue anterior". No, mejor, así era el dicho.

2:06 p. m.  
Blogger Roxi said...

Hola Felipe, pasaba a saludar y a gradecer tus aportes en mi blog. De esta entrada ya opiné, pero giual fue lindo y emocionante re leerla.
Un abrazo!

9:40 p. m.  
Blogger Silvana said...

no pude evitar emocionarme con lo que escribiste. yo perdi a mi abuela hace tan solo 5 meses yal igual que en tu caso ella fue muy importante para mi.

Sin lugar a dudas la luna llena es una caricia que tu abuelo te hace desde el lugar que se encuentre.

Saludos!!!!

5:00 p. m.  
Blogger Sólo Adán said...

Aunque suene cursi decirlo: Si tu abuelo estuviera vivo y leyera todo lo que de él cuentas, lloraría, pero no de pena sino de alegría, al saber que dejó un "nieto regalón" que lo llenó de buenos recuerdos y sentimientos, y que hoy lo conmemora con orgullo.

Muy lindo tu relato. Eres muy afortunado, al haber tenido un abuelo como el tata Jimmy.

11:53 p. m.  
Blogger Cori said...

Con este post recordé a mi “nono” que hace mucho tiempo que no lo tengo conmigo. A pesar de adoptarlo como mi abuelo, y él adoptarme como su nieta; nunca hubo diferencia alguna, yo era una nieta mas. Me trato como nunca me trataron mis verdaderos abuelo. Realmente mis ojos se inundad de lagrimas, mi nono fue un icono en mi infancia, imposible de olvidar.

6:45 p. m.  
Blogger CALICHE said...

No se porque hoy día puse el nombre de mi papa James Dixon Díaz Cassels en Google y apareció este blog de mi sobrino que al leerlo hicieron escurrir algunas lagrimas por mis mejillas, a lo mejor porque el 05 de diciembre hubiera cumplido 94 años, cuando el siempre decía que después de los 65 "uno vive la yapa de la vida", siempre fue un hombre como buen descendiente de Inglesa un poco hacia dentro con sus sentimientos(mi abuela Alicia que era Inglesa lo conoció en Inglaterra en la primera guerra mundial cuando mi abuelo marino fue a buscar el barco de guerra Lord Cochrane y se tuvo que quedar por allá, ya que le retuvieron el barco), afortunadamente cuando se jubilo iba a pasar el invierno en el norte(Antofagasta e Iquique) y ahí tuve la oportunidad de conocer al hombre en largas conversaciones caminando por la playa, como a el le gustaba, al igual que a mi. Siempre recuerdo las vacaciones en Quintero, Pichilemu, constitución o en la casa de mi abuela materna, la yaya, en el Tabo. Mi esposa Gilda tenia largas conversaciones con el mientras yo trabajaba en las minas del salitre y el cobre y le preparaba sus platos preferidos, como las pantrucas, el caldillo de congrio, las sopas de sobre arregladas y la infaltable ensalada de tomate, en fin. Gracias Felipe por tus palabras y espero que algunos de mis nietos cuando parta, tenga la dicha de recibir unas palabras tan hermosas como las tuyas. Viejo, siempre te recuerdo, al igual que a mi mama María y a mi suegro Lulin que deben estar juntos en el cielo haciendo sus tallas como siempre, cada vez que voy a buscar a mi nieto el Sebastián al colegio Germania en Puerto Varas, les mando saludos desde la capilla.

9:03 p. m.  

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