martes, septiembre 05, 2006

Otras hierbas

Después de meses de estar inactivo, por no decir flojo irresponsable, he decidido volver a publicar cosas insólitas y sangrientas en mi blog.

Como primera entrega de esta "nueva generación", quise comenzar con un tema fuera de lo policial, de ahí el título de esta nota.

Como ustedes sabrán, y si no lo saben ahora se enterarán, la semana pasada me titulé como periodista, y creo que es escencial para alguien de mi profesión tener un blog, como un buen amigo y un tío me lo hicieron notar, por lo que ahora les estoy haciendo caso.

El otro día tuve un sueño demasiado extraño, que sería entretenido de contar o de hacer un cortometraje... ahí les va esta pelada de cable.

MORIR CON PLACER O VIVIR ANGURRI



Mala idea. Nunca me hago caso. A esta altura da lo mismo.
Ayer salí a carretear con mis amigos a un bar del sector. Una cerveza me prometí. Las weas. Terminé tomándome media botella de pisco y entrando a mi casa a las 4.30 AM. En tres horas más me tenía que levantar, así que traté de no pensar en eso, sólo dormir.
Como una aguja que entraba directamente a mi cerebro el despertador comenzó a sonar. Voy a llamar para decir que estoy enfermo, pensé. Luego de darme unas vueltas en la cama llegué a la conclusión que lo mejor que podía hacer era levantarme para ir a trabajar... una de las peores decisiones que he tomado en mi vida.

Como era de esperarse, me fue como las hueas en el trabajo. No entendía que pasaba, excepto que todos hablaban y se reían de mí a mis espaldas y que mi jefe me daba una mirada como diciendo "estoy esperando que pises el palito para despedirte".

Después de 10 infernales horas laborales, finalmente llegué a mi humilde departamento. Los efectos de la caña estaban terminando y no quería sentirme bien. Me obligaría a pensar en mí mismo y eso terminaría por deprimirme aún más.

En momentos así, sólo mi buena amiga, compañera y amante podría salvarme. Sin pensarlo dos veces fui hasta el velador y saqué un poco de mi adorada cannabis sativa.

Al poco andar, mientras buscaba mi pipa de agua, comenzé a sentir un olor extraño, que poco a poco se convertía en un aroma nausaebundo. No le di importancia, lo primero era saborear al único ser que Dios creó que podría ayudarme.

Todo listo: la pipa llena de mi ganja y yo listo para empezar el viaje. Pocos segundos antes de prenderla me di cuenta de que ese olor que llenaba cada espacio de mi hogar era gas. Pensé en dejar todo y preocuparme de esta emergencia sanitaria, pero las ganas de fumar fueron más.

Mientras veía como el humo corría por la pipa, camino a mi boca, sentí un fuerte ruido y un ardor que recorría toda mi piel.

Menos mal que la sensación sólo duró pocos segundos, ahora se que estoy muerto y camino al cielo. Lo extraño es que este lugar, al que estoy llegando, tiene olor a azufre. ¿También habrá una fuga en el hogar de Dios?

3 Comments:

Blogger socióblogo said...

¿Y qué más ibai a soñar después de las piscolas y las chelas?

7:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Jajajajajaja.....

Camino al cielo......acompañado de estupefacientes y pisco, ¿buena dosis o mala costumbre?

2:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La salvación para todo... jejej, en verdad, no se que decirte.

Saludos y suerte.

9:09 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home